Este art\u00edculo fue escrito por el Sr. Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial (y fue publicado en la revista Foreign Affairs) agradecemos que se nos permita su difusi\u00f3n, creemos que es importante difundirlo ante la \u201ccrisis\u201d (o tormenta perfecta) que se ha desatado en nuestro pa\u00eds, opino que sirve para aclarar ideas sobre lo que pasa<\/strong><\/p>\n

Los Gobiernos que buscan el crecimiento econ\u00f3mico adoran invertir en capital f\u00edsico: carreteras nuevas, bellos puentes, aeropuertos relucientes y otras obras de infraestructura. Por lo general, sin embargo, est\u00e1n mucho menos interesados en invertir en capital humano, que es la suma total de la salud, las habilidades, los conocimientos, la experiencia y los h\u00e1bitos de una poblaci\u00f3n. Esto es un error, porque si se descuidan las inversiones en capital humano, se puede debilitar dr\u00e1sticamente la competitividad de un pa\u00eds en un mundo en r\u00e1pida transformaci\u00f3n, en el que las econom\u00edas necesitan cada vez m\u00e1s talento para sostener el crecimiento.<\/p>\n

A lo largo de la historia del Grupo Banco Mundial, nuestros expertos en desarrollo han estudiado en profundidad qu\u00e9 medidas hacen crecer las econom\u00edas, cu\u00e1les ayudan a las personas a salir de la pobreza y c\u00f3mo los pa\u00edses en desarrollo pueden invertir en prosperidad. En 2003, el Banco public\u00f3 el primer informe anual Doing Business, en el que se clasificaba a los pa\u00edses seg\u00fan numerosos aspectos, desde el pago de impuestos hasta el cumplimiento de contratos. Los resultados de esos informes han sido dif\u00edciles de ignorar: jefes de Estado y ministros de Finanzas se enfrentaron a la posibilidad de que la inversi\u00f3n extranjera directa disminuyera si las empresas decid\u00edan invertir en pa\u00edses con un mejor clima para los negocios. En los 15 a\u00f1os transcurridos desde entonces, Doing Business ha inspirado la implementaci\u00f3n de m\u00e1s de 3180 reformas regulatorias.<\/p>\n

Ahora estamos adoptando un enfoque similar para canalizar la inversi\u00f3n en personas. Expertos del Grupo Banco Mundial est\u00e1n elaborando un \u00edndice nuevo para medir en qu\u00e9 grado el capital humano contribuye a la productividad de la pr\u00f3xima generaci\u00f3n de trabajadores. El \u00edndice \u2014que se presentar\u00e1 en octubre en Bali, durante las Reuniones Anuales del Grupo Banco Mundial\u2014 medir\u00e1 la salud y la cantidad y calidad de educaci\u00f3n que un ni\u00f1o nacido hoy puede esperar alcanzar a los 18 a\u00f1os.<\/p>\n

Los acad\u00e9micos saben mucho sobre los numerosos beneficios que se derivan de la mejora del capital humano. Sin embargo, sus conocimientos no se han traducido en un llamado convincente a la acci\u00f3n en los pa\u00edses en desarrollo. Uno de los factores limitantes es la escasez de datos confiables que expongan claramente los beneficios de invertir en capital humano, no solo para los ministros de Salud y Educaci\u00f3n, sino tambi\u00e9n para los jefes de Estado, los ministros de Finanzas y otras personas influyentes de todo el mundo. Por ese motivo, un \u00edndice de capital humano que se aplique a todos los pa\u00edses puede impulsar m\u00e1s y con mayor eficacia las inversiones en las personas.<\/p>\n

En las \u00faltimas tres d\u00e9cadas, la esperanza de vida en los pa\u00edses ricos y pobres ha comenzado a converger. La escolarizaci\u00f3n se ha expandido enormemente. Pero el programa de trabajo sigue inconcluso: casi una cuarta parte de los ni\u00f1os menores de 5 a\u00f1os sufren malnutrici\u00f3n, m\u00e1s de 260 millones de ni\u00f1os y j\u00f3venes no asisten a la escuela, y el 60 % de los que concurren a las escuelas primarias en los pa\u00edses en desarrollo siguen sin alcanzar un nivel m\u00ednimo de competencia en el aprendizaje. Hay demasiados casos de Gobiernos que no invierten en su poblaci\u00f3n.<\/p>\n

>>>El poder de las personas<\/strong><\/p>\n

El valor del capital humano puede calcularse de varias maneras. Tradicionalmente, los economistas lo han hecho midiendo cu\u00e1nto m\u00e1s gana una persona por haber asistido a la escuela mayor cantidad de a\u00f1os. En diversos estudios se ha llegado a la conclusi\u00f3n de que cada a\u00f1o adicional de educaci\u00f3n aumenta los ingresos de una persona en un 10 % en promedio. La calidad de la educaci\u00f3n tambi\u00e9n importa. En Estados Unidos, por ejemplo, la sustituci\u00f3n de un docente de baja calidad en un aula de escuela primaria por otro de calidad media provoca un aumento de USD 250 000 en los ingresos que tendr\u00e1n en conjunto los alumnos de esa aula a lo largo de su vida.<\/p>\n

Pero las capacidades cognitivas no son las \u00fanicas dimensiones del capital humano que cuentan. Las habilidades socioemocionales, como la determinaci\u00f3n y la diligencia, a menudo generan beneficios econ\u00f3micos igualmente elevados. La salud tambi\u00e9n es importante: las personas m\u00e1s sanas tienden a ser m\u00e1s productivas. Pensemos en lo que sucede cuando los ni\u00f1os dejan de tener lombrices parasitarias. Un estudio realizado en Kenya en 2015 revel\u00f3 que, si se administraban medicamentos antiparasitarios en la infancia, se reduc\u00eda el ausentismo escolar y aumentaban los salarios en la edad adulta hasta en un 20 %; es decir, se obten\u00edan beneficios para toda la vida a partir de una p\u00edldora cuya producci\u00f3n y distribuci\u00f3n cuesta alrededor de 30 centavos de d\u00f3lar.<\/p>\n

Las diferentes dimensiones del capital humano se complementan entre s\u00ed desde una edad temprana. Una nutrici\u00f3n y estimulaci\u00f3n adecuadas en el \u00fatero y durante la primera infancia mejoran el bienestar f\u00edsico y mental en las etapas posteriores de la vida. Si bien algunos d\u00e9ficits en las habilidades cognitivas y socioemocionales que se manifiestan a una edad temprana pueden subsanarse posteriormente, los costos se vuelven m\u00e1s elevados a medida que los ni\u00f1os se acercan a la adolescencia. Por lo tanto, no es de extra\u00f1ar que una de las inversiones m\u00e1s rentables que pueden hacer los Gobiernos consista en centrarse en el capital humano durante los primeros 1000 d\u00edas de vida de un ni\u00f1o.<\/p>\n

\u00bfQu\u00e9 tiene que ver todo esto con el crecimiento econ\u00f3mico? Para empezar, cuando se suman los beneficios de las inversiones individuales en capital humano, el impacto global es mayor que la suma de las partes. Pensemos de nuevo en los escolares de Kenya: cuando se desparasita a un ni\u00f1o tambi\u00e9n se reducen las posibilidades de que otros se infecten, lo que a su vez los predispone para un mejor aprendizaje y salarios m\u00e1s altos. Adem\u00e1s, algunos de los beneficios de la mejora del capital humano se extienden m\u00e1s all\u00e1 de la generaci\u00f3n en la que se realizan las inversiones. Por ejemplo, educar a las madres en la atenci\u00f3n prenatal mejora la salud de sus hijos en la infancia.<\/p>\n

Las inversiones individuales en capital humano suman: los economistas del desarrollo han estimado que el capital humano por s\u00ed solo explica entre el 10 % y el 30 % de las diferencias en el ingreso per c\u00e1pita de los pa\u00edses. Estos efectos positivos tambi\u00e9n persisten en el tiempo. A mediados del siglo XIX, el estado de S\u00e3o Paulo, en Brasil, alent\u00f3 la inmigraci\u00f3n de europeos instruidos en determinados asentamientos. M\u00e1s de 100 a\u00f1os despu\u00e9s, esos mismos asentamientos muestran un nivel educativo m\u00e1s elevado, una mayor proporci\u00f3n de trabajadores en el sector manufacturero frente al agr\u00edcola y un ingreso per c\u00e1pita m\u00e1s alto.<\/p>\n

La educaci\u00f3n genera beneficios especialmente significativos, por lo que desempe\u00f1a un papel importante en la reducci\u00f3n de la pobreza. La historia de \u00e9xito de Ghana es prueba de esta relaci\u00f3n: a lo largo de la d\u00e9cada de 1990 y en los primeros a\u00f1os de este siglo, el pa\u00eds duplic\u00f3 su gasto en educaci\u00f3n y mejor\u00f3 dr\u00e1sticamente sus tasas de matriculaci\u00f3n en la escuela primaria. Como resultado, la tasa de alfabetizaci\u00f3n aument\u00f3 64 puntos porcentuales desde principios de la d\u00e9cada de 1990 hasta 2012, y la tasa de pobreza se redujo del 61 % al 13 %.<\/p>\n

Las inversiones en educaci\u00f3n tambi\u00e9n pueden reducir la desigualdad. En la mayor\u00eda de los pa\u00edses, los hijos de personas m\u00e1s acomodadas empiezan a tener acceso a mejores oportunidades a una edad temprana, lo que les genera ventajas para toda la vida, mientras que los ni\u00f1os de padres m\u00e1s pobres no tienen estas oportunidades. Cuando los Gobiernos toman medidas para corregir ese problema, la desigualdad econ\u00f3mica tiende a disminuir. En un estudio publicado este a\u00f1o elaborado a partir de una prueba realizada en Carolina del Norte, se calcul\u00f3 que, si en Estados Unidos los programas de desarrollo en la primera infancia tuvieran cobertura universal, la desigualdad de ingresos del pa\u00eds se reducir\u00eda un 7 %, lo suficiente para alcanzar los niveles de equidad de Canad\u00e1.<\/p>\n

Los beneficios sociales de invertir en capital humano van a\u00fan m\u00e1s all\u00e1. Cuando una persona permanece m\u00e1s tiempo en la escuela, se reduce la probabilidad de que cometa un delito. Lo mismo sucede con los programas que mejoran las habilidades no cognitivas. En un estudio realizado en Liberia en 2017, se inscribi\u00f3 a un grupo de traficantes de drogas, ladrones y otros hombres con predisposici\u00f3n delictiva en terapias cognitivas conductuales para que desarrollasen habilidades tales como el reconocimiento de las emociones, la mejora del autocontrol y el manejo de\u00ad situaciones dif\u00edciles. El programa, combinado con la transferencia de una peque\u00f1a suma de dinero en efectivo, redujo considerablemente las probabilidades de que estos hombres reincidieran en la delincuencia.<\/p>\n

El capital humano tambi\u00e9n est\u00e1 asociado a la participaci\u00f3n social. A mediados de la d\u00e9cada de 1970, Nigeria introdujo la educaci\u00f3n primaria universal, con lo que se incorpor\u00f3 a la escuela una gran cantidad de ni\u00f1os que de otro modo no habr\u00edan asistido. A\u00f1os m\u00e1s tarde, esas mismas personas tend\u00edan a prestar m\u00e1s atenci\u00f3n a las noticias, a hablar con sus pares sobre pol\u00edtica, a asistir a reuniones comunitarias y a votar.<\/p>\n

Las inversiones en capital humano tambi\u00e9n aumentan la confianza. Las personas m\u00e1s educadas conf\u00edan m\u00e1s en los dem\u00e1s, y las sociedades m\u00e1s confiadas tienden a lograr mayor crecimiento econ\u00f3mico. Tambi\u00e9n son m\u00e1s tolerantes: las investigaciones sugieren que la amplia ola de reformas referidas a la ense\u00f1anza obligatoria que tuvo lugar en toda Europa a mediados del siglo xx promovi\u00f3 en la poblaci\u00f3n una actitud m\u00e1s receptiva hacia los inmigrantes.<\/p>\n

>>>La mano invisible<\/strong><\/p>\n

El capital humano no se materializa por s\u00ed solo, sino que debe nutrirlo el Estado. En parte, esto se debe a que con frecuencia no se tienen en cuenta los beneficios que las inversiones en las personas pueden generar para los dem\u00e1s. Por ejemplo, al decidir si van a desparasitar a sus hijos, los padres toman en cuenta las posibles mejoras para la salud de sus propios ni\u00f1os, pero rara vez piensan que el tratamiento reducir\u00e1 el riesgo de infecci\u00f3n en los otros. O cuando deciden si pagar\u00e1n la matr\u00edcula de sus hijos en el jard\u00edn de infantes, es posible que no consideren los beneficios sociales m\u00e1s amplios que esto conllevar\u00e1, como la reducci\u00f3n de las tasas de delincuencia y encarcelamiento. Estos efectos secundarios son significativos: en un estudio realizado en 2010 sobre un programa preescolar desarrollado en Michigan en la d\u00e9cada de 1960, se estim\u00f3 que por cada USD 1 gastado, la sociedad recibi\u00f3 beneficios por un valor de entre USD 7 y USD 12.<\/p>\n

En ocasiones, las normas sociales inducen a los padres a abstenerse de invertir en sus hijos e hijas. Aunque la preferencia de los progenitores por los hijos varones sobre las ni\u00f1as est\u00e1 bien documentada, el alcance de la discriminaci\u00f3n puede ser asombroso. El Gobierno de India ha calculado que en el pa\u00eds hay hasta 21 millones de \u201cni\u00f1as no deseadas\u201d, es decir, ni\u00f1as cuyos padres deseaban tener varones, y en quienes invierten mucho menos, tanto en lo que respecta a la salud como a la educaci\u00f3n. Otras veces, las familias desean invertir en el capital humano de sus ni\u00f1os, pero simplemente no pueden permit\u00edrselo. Los padres pobres de ni\u00f1os talentosos no pueden pedir un pr\u00e9stamo sobre las futuras ganancias de sus hijos para pagar la escuela hoy. E incluso cuando la ense\u00f1anza es gratuita, los padres siguen teniendo que solventar el transporte y los \u00fatiles escolares, por no mencionar el costo de oportunidad que surge debido a que el ni\u00f1o en el aula no puede trabajar para obtener ingresos adicionales para su familia.<\/p>\n

A pesar de que invertir en capital humano es crucial para los Gobiernos, la pol\u00edtica a menudo se interpone en el camino. Los pol\u00edticos pueden carecer del incentivo necesario para apoyar iniciativas que quiz\u00e1 tarden d\u00e9cadas en dar frutos. Por ejemplo, mientras no se desate una pandemia, por lo general pueden permitirse descuidar la salud p\u00fablica. Raras veces resulta una medida popular financiar programas de salud p\u00fablica que implican elevar los impuestos o desviar fondos de gastos m\u00e1s visibles, como las obras de infraestructura o los subsidios p\u00fablicos. El Gobierno de Nigeria encontr\u00f3 una fuerte resistencia\u00ad en 2012 cuando elimin\u00f3 el subsidio a los combustibles con el fin de ampliar el gasto en servicios de salud maternoinfantil. La cobertura de los medios de comunicaci\u00f3n se centr\u00f3 en la impopular eliminaci\u00f3n del subsidio y prest\u00f3 escasa atenci\u00f3n a la tan necesaria expansi\u00f3n de la atenci\u00f3n primaria de la salud. Tras amplias protestas p\u00fablicas, el subsidio se restableci\u00f3. En algunos pa\u00edses, esta resistencia se explica en parte por la debilidad del contrato social: los ciudadanos no conf\u00edan en su Gobierno y dudan a la hora de pagar los impuestos, ya que temen que se malgasten.<\/p>\n

El problema de la implementaci\u00f3n es igualmente abrumador. En todo el mundo, hay demasiados ni\u00f1os y ni\u00f1as que no saben leer porque sus maestros no est\u00e1n adecuadamente capacitados. Los indicadores de prestaci\u00f3n de servicios (iniciativa puesta en marcha por el Grupo Banco Mundial en colaboraci\u00f3n con el Consorcio Africano de Investigaciones Econ\u00f3micas para reunir datos sobre los pa\u00edses de \u00c1frica\u00ad al sur del Sahara) han puesto de manifiesto la gravedad del problema.<\/p>\n

>>>El capital humano no se materializa por s\u00ed solo, sino que debe nutrirlo el Estado<\/strong><\/p>\n

En los siete pa\u00edses\u00ad analizados \u2014Kenya, Mozambique, Nigeria, Senegal, Tanzan\u00eda, Togo y Uganda\u2014 solo el 66 % de los docentes de cuarto grado dominaba el programa acad\u00e9mico de lengua \u00adque se supon\u00eda deb\u00eda ense\u00f1ar, y \u00fanicamente el 68 % ten\u00eda el conocimiento m\u00ednimo necesario para ense\u00f1ar matem\u00e1ticas. En lo que respecta a la atenci\u00f3n de la salud, los profesionales m\u00e9dicos de estos pa\u00edses eran capaces de diagnosticar correctamente afecciones comunes como paludismo, diarrea, neumon\u00eda, tuberculosis y diabetes en apenas el 53 % de los casos.<\/p>\n

La implementaci\u00f3n representa tambi\u00e9n un desaf\u00edo en los lugares donde las personas que prestan un servicio determinado carecen de motivaci\u00f3n para hacer bien su trabajo. En esos mismos siete pa\u00edses, en promedio, los maestros ense\u00f1aban solo la mitad del tiempo establecido. En muchos casos, el problema estriba en que los empleados p\u00fablicos trabajan en burocracias politizadas, donde los ascensos se \u00adbasan en las conexiones, no en el desempe\u00f1o.<\/p>\n

Sin embargo, ha habido experiencias con resultados positivos. Cuando los incentivos de los Gobiernos centrales, los Gobiernos locales y los prestadores de servicios est\u00e1n en sinton\u00eda, los pa\u00edses pueden hacer grandes avances para mejorar el capital humano. Ese fue el caso del Plan Nacer, que se lanz\u00f3 en Argentina en 2004 con el respaldo del Grupo Banco Mundial y brinda seguro m\u00e9dico a familias que no lo tienen. El Plan Nacer entregaba fondos a las provincias sobre la base de indicadores que med\u00edan el alcance y la calidad de sus servicios de salud maternoinfantil, con lo cual se incentiv\u00f3 a las provincias a invertir en una mejor atenci\u00f3n. As\u00ed se logr\u00f3 que entre los beneficiarios del plan se redujera en un 19 % la probabilidad de bajo peso al nacer.<\/p>\n

Las poblaciones en los pa\u00edses en desarrollo cada vez exigen mejor atenci\u00f3n de la salud y educaci\u00f3n. En Per\u00fa, por ejemplo, gracias a una excelente campa\u00f1a impulsada por grupos de la sociedad civil, se logr\u00f3 incluir decididamente el retraso del crecimiento de los ni\u00f1os en el programa pol\u00edtico para 2006, que era un a\u00f1o electoral. Los pol\u00edticos reaccionaron estableciendo un objetivo claro: reducir esa afecci\u00f3n alrededor de 5 puntos porcentuales en cinco a\u00f1os. El resultado del pa\u00eds super\u00f3 incluso esa ambiciosa meta: entre 2008 y 2016, la tasa de retraso del crecimiento de los ni\u00f1os menores de 5 a\u00f1os cay\u00f3 aproximadamente 15 puntos porcentuales. Eso demostr\u00f3 que el cambio era posible.<\/p>\n

>>>El poder de las mediciones<\/strong><\/p>\n

Cuando pol\u00edticos y bur\u00f3cratas no cumplen, quienes m\u00e1s sufren son los pobres. Sin embargo, existe una forma de empoderar a las personas para que exijan los servicios que se merecen: la transparencia. Si los ciudadanos tienen mejor acceso a la informaci\u00f3n, pueden saber qu\u00e9 est\u00e1n haciendo o no sus l\u00edderes y quienes desempe\u00f1an cargos p\u00fablicos. Por ejemplo, en 2005, en Uganda, investigadores que trabajaban con organizaciones comunitarias divulgaron fichas de calificaci\u00f3n de los establecimientos de salud locales, y eso moviliz\u00f3 a las comunidades a exigir mejores servicios. Como consecuencia de esta simple medida, los resultados de salud mejoraron de manera sostenida; por ejemplo, se redujo la mortalidad de los ni\u00f1os menores de 5 a\u00f1os. De manera similar, en 2001, tras conocerse los puntajes decepcionantes que Alemania hab\u00eda obtenido en su primera participaci\u00f3n en el Programa Internacional de Evaluaci\u00f3n de Estudiantes (PISA), resultado que avergonz\u00f3 al pueblo germano (lo que se conoci\u00f3 como el \u201cshock de PISA\u201d), el Gobierno puso en marcha importantes reformas educativas que mejoraron el aprendizaje.<\/p>\n

Las evaluaciones del aprendizaje fueron igualmente significativas en Tanzan\u00eda. En 2011, la organizaci\u00f3n no gubernamental Twaweza, con el respaldo del Grupo Banco Mundial, public\u00f3 los resultados de un estudio en el que se hab\u00edan evaluado la alfabetizaci\u00f3n y las nociones elementales de aritm\u00e9tica de los ni\u00f1os. Las conclusiones fueron desalentadoras: solo 3 de cada 10 alumnos de tercer grado ten\u00edan buen dominio de las nociones de aritm\u00e9tica de segundo grado, y menos de 3 pod\u00edan leer un cuento en ingl\u00e9s para ni\u00f1os de segundo grado. M\u00e1s o menos en la misma \u00e9poca, se dieron a conocer los resultados de los estudios de indicadores de prestaci\u00f3n de servicios, que llamaron la atenci\u00f3n acerca de la falta de competencia y el ausentismo de los docentes. Ante la consiguiente protesta del p\u00fablico, el Gobierno introdujo la iniciativa \u201cBig Results Now\u201d (Resultados importantes ya) para encarar los bajos niveles de aprendizaje.<\/p>\n

Tal como lo demuestran estos ejemplos, la publicaci\u00f3n de an\u00e1lisis cre\u00edbles sobre el estado del desarrollo del capital humano puede favorecer que se tomen medidas. En esta l\u00f3gica se basan los indicadores que el Grupo Banco Mundial est\u00e1 elaborando para medir elementos clave del capital humano. En los pa\u00edses donde las inversiones en capital humano son ineficaces, estas mediciones tambi\u00e9n pueden servir como llamado a la acci\u00f3n. Estamos concentrando nuestros esfuerzos en la salud y la educaci\u00f3n teniendo en cuenta los aspectos b\u00e1sicos. Los ni\u00f1os que nacen hoy \u00bfvivir\u00e1n lo suficiente para poder ir a la escuela? Si sobreviven, \u00bfse matricular\u00e1n en la escuela? \u00bfDurante cu\u00e1ntos a\u00f1os y cu\u00e1nto aprender\u00e1n? Cuando terminen la escuela secundaria, \u00bfestar\u00e1n en buenas condiciones de salud y preparados para poder seguir aprendiendo y trabajar en el futuro?<\/p>\n

En muchos pa\u00edses en desarrollo, a\u00fan queda mucho por hacer en cuanto a la salud de los j\u00f3venes. En Benin, Burkina Faso y C\u00f4te d\u2019Ivoire, el 10 % de los ni\u00f1os que nazcan hoy no sobrevivir\u00e1n hasta su quinto cumplea\u00f1os. En Asia meridional, como resultado de la malnutrici\u00f3n cr\u00f3nica, m\u00e1s de un tercio de los ni\u00f1os menores de 5 a\u00f1os tienen una talla baja para su edad, lo cual afecta su desarrollo cerebral y limita seriamente su capacidad de aprender.<\/p>\n

Del mismo modo, es preocupante el estado de la educaci\u00f3n. Para comprender mejor si la escolaridad se traduce en aprendizaje, el Grupo Banco Mundial, en colaboraci\u00f3n con el Instituto de Estad\u00edstica de la Organizaci\u00f3n de las Naciones Unidas para la Educaci\u00f3n, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), ha elaborado una nueva base de datos integral de puntajes en las pruebas de rendimiento escolar. Hemos armonizado los resultados de varios programas de evaluaci\u00f3n importantes que abarcan m\u00e1s de 150 pa\u00edses para que sean comparables con los puntajes de PISA. La base de datos revela enormes deficiencias en el aprendizaje: menos de la mitad de los estudiantes en los pa\u00edses en desarrollo alcanzan lo que en PISA se denomina \u201cdominio m\u00ednimo\u201d (un puntaje de aproximadamente 400), en comparaci\u00f3n con el 86 % en las econom\u00edas avanzadas. En Singapur, el 98 % de los estudiantes alcanzaron el par\u00e1metro de referencia internacional de dominio b\u00e1sico en la escuela secundaria; en Sud\u00e1frica, lo logr\u00f3 el 26 % de los estudiantes. En otras palabras, casi todos los estudiantes de secundaria de Singapur tienen suficientes habilidades para el mundo del trabajo, mientras que casi tres cuartas partes de los j\u00f3venes de Sud\u00e1frica son analfabetos funcionales. Esto representa un impresionante desaprovechamiento del potencial humano.<\/p>\n

Los ministros de Finanzas suelen pasar m\u00e1s tiempo preocup\u00e1ndose por la deuda de su pa\u00eds que por su capital humano.<\/p>\n

Cuando los ni\u00f1os salen de la escuela, enfrentan futuros muy distintos en cuanto a la salud, seg\u00fan el pa\u00eds donde vivan. Un indicador sombr\u00edo son las tasas de supervivencia de los adultos: en los pa\u00edses m\u00e1s ricos, menos del 5 % de los j\u00f3venes de 15 a\u00f1os no llegar\u00e1n a cumplir 60, mientras que en las naciones m\u00e1s pobres, el 40 % de los j\u00f3venes de 15 a\u00f1os habr\u00e1n muerto antes de los 60.<\/p>\n

Estos datos puntuales son una radiograf\u00eda de las enormes diferencias que existen en materia de salud y educaci\u00f3n entre los pa\u00edses. Para integrar estas distintas dimensiones del capital humano en un todo significativo, el Grupo Banco Mundial las est\u00e1 combinando en un \u00fanico \u00edndice que mide las consecuencias de no invertir en capital humano en t\u00e9rminos de productividad perdida de la siguiente generaci\u00f3n de trabajadores. Nuestro an\u00e1lisis indica que en los pa\u00edses donde menos se invierte en capital humano en la actualidad, la productividad de la fuerza de trabajo del futuro ser\u00e1 solo entre un tercio y la mitad de lo que podr\u00eda ser si las personas gozaran de plena salud y recibieran una educaci\u00f3n completa de buena calidad.<\/p>\n

La medici\u00f3n de los beneficios econ\u00f3micos de invertir en capital humano de esta manera no reduce el valor social e intr\u00ednseco de una mejor salud y educaci\u00f3n. M\u00e1s bien, llama la atenci\u00f3n sobre los costos econ\u00f3micos de no brindarlas. Los ministros de Finanzas suelen pasar m\u00e1s tiempo preocup\u00e1ndose por la deuda de su pa\u00eds que por su capital humano. Al demostrar los efectos beneficiosos de las inversiones en capital humano sobre la productividad de los trabajadores, el Grupo Banco Mundial puede conseguir que los encargados de formular las pol\u00edticas se preocupen tanto por lo que sucede en sus escuelas y hospitales como por lo que ocurre en la cuenta corriente del pa\u00eds.<\/p>\n

Adem\u00e1s, el \u00edndice estar\u00e1 acompa\u00f1ado de una clasificaci\u00f3n, que deber\u00eda servir como un llamado a la acci\u00f3n en aquellos pa\u00edses donde las inversiones sean insuficientes. Con el informe Doing Business aprendimos que pueden tomarse las medidas m\u00e1s integrales, pero que de ellas no siempre se derivan reformas. La existencia de una clasificaci\u00f3n expone la cuesti\u00f3n directamente ante los jefes de Estado y los ministros de Finanzas, y hace que sea dif\u00edcil ignorar las evidencias.<\/p>\n

Las comparaciones entre pa\u00edses son solo el primer paso. Para que los Gobiernos puedan identificar qu\u00e9 inversiones en capital humano arrojar\u00e1n resultados, tienen que ser capaces de medir los diversos factores que contribuyen a ese capital humano. Contar con mejores mediciones es un bien p\u00fablico y, como ocurre con la mayor\u00eda de los bienes p\u00fablicos, nunca hay suficientes fondos para ello. El Grupo Banco Mundial puede agregar valor real en este aspecto: puede ayudar a armonizar las diversas iniciativas sobre mediciones entre los asociados para el desarrollo, recabar m\u00e1s informaci\u00f3n de mejor calidad, asesorar a los encargados de formular las pol\u00edticas acerca de c\u00f3mo utilizarla, brindar apoyo t\u00e9cnico y ayudar a dise\u00f1ar intervenciones eficaces.<\/p>\n

>>>El capital humano en el siglo XXI<\/strong><\/p>\n

El capital humano es importante para las personas, las econom\u00edas, las sociedades y la estabilidad mundial. Tambi\u00e9n es importante a lo largo de las generaciones. Cuando los pa\u00edses no invierten productivamente en capital humano, los costos son enormes, sobre todo para los m\u00e1s pobres. Y estos altos costos ponen a las nuevas generaciones en seria desventaja. Dado que ante los avances tecnol\u00f3gicos se valoran m\u00e1s las habilidades de orden superior, si los pa\u00edses no sientan las bases para que sus ciudadanos puedan llevar vidas productivas, ello no solamente tendr\u00e1 costos elevados, sino que tambi\u00e9n generar\u00e1 m\u00e1s desigualdad. Adem\u00e1s, se pondr\u00e1 en riesgo la seguridad, ya que las aspiraciones insatisfechas pueden derivar en agitaci\u00f3n.<\/p>\n

Tener mejor informaci\u00f3n es solo una parte de la respuesta. Para empezar, es dif\u00edcil para un Gobierno brindar servicios de calidad cuando no hay suficiente dinero. En consecuencia, los pa\u00edses que cr\u00f3nicamente no invierten lo suficiente en capital humano deber\u00e1n eliminar lagunas y exenciones impositivas, mejorar la recaudaci\u00f3n fiscal y reorientar el gasto dejando de otorgar subsidios ineficientes. Por ejemplo, en los \u00faltimos a\u00f1os, tanto Egipto como Indonesia han reducido de manera dr\u00e1stica sus subsidios a la energ\u00eda y han reasignado esos recursos a redes de protecci\u00f3n social y a la atenci\u00f3n de la salud. Un mayor ingreso fiscal puede ir de la mano de mejores resultados de salud. Entre 2012 y 2016, gracias a lo ingresado por el impuesto al tabaco, Filipinas pudo triplicar tanto el presupuesto del Departamento de Salud como el porcentaje de su poblaci\u00f3n que recib\u00eda seguro m\u00e9dico. En Estados Unidos, ciudades como Filadelfia decidieron utilizar recursos de los impuestos a las bebidas gaseosas para financiar la educaci\u00f3n en la primera infancia.<\/p>\n

Sin embargo, no basta con incrementar el financiamiento. Algunos pa\u00edses tendr\u00e1n que trabajar para mejorar la eficiencia de sus servicios sociales y mantener, al mismo tiempo, su calidad. En Brasil, por ejemplo, seg\u00fan un estudio reciente del Grupo Banco Mundial, las mejoras en eficiencia en el sector de la salud a nivel local podr\u00edan generar ahorros equivalentes al 0,3 % del producto interno bruto. En otros pa\u00edses, ser\u00e1 fundamental poder conciliar los intereses contrapuestos de las partes interesadas. Las d\u00e9cadas de experiencia de Chile en materia de reforma educativa demostraron la importancia de formar coaliciones pol\u00edticas para concentrarse en una meta clave: el aprendizaje para todos. En 2004, el pa\u00eds logr\u00f3 introducir la remuneraci\u00f3n por desempe\u00f1o para los docentes, equilibrando dicha reforma con concesiones a los sindicatos docentes.<\/p>\n

Cualquiera que sea el punto de partida, es fundamental contar con mediciones m\u00e1s adecuadas. Al final de cuentas, solo puede mejorarse aquello que se mide. Las mediciones cada vez m\u00e1s exactas deber\u00edan generar expectativas comunes acerca de las reformas necesarias. Tambi\u00e9n deber\u00edan aclarar interrogantes acerca de las prioridades, generar un debate \u00fatil sobre diversas pol\u00edticas y promover la transparencia.<\/p>\n

En 1949, el presidente del Banco Mundial, John McCloy, escribi\u00f3 en estas p\u00e1ginas: \u201cEl desarrollo no es algo que pueda bosquejarse en un tablero de dibujo y luego hacerse realidad con la varita m\u00e1gica de la asistencia monetaria\u201d. A menudo, sosten\u00eda McCloy, existe una brecha entre los conceptos de desarrollo y su implementaci\u00f3n en la pr\u00e1ctica. Esa es precisamente la brecha que el \u00edndice de capital humano del Grupo Banco Mundial pretende cerrar. Las nuevas mediciones alentar\u00e1n a los pa\u00edses a invertir en capital humano con un intenso sentido de urgencia. Eso ayudar\u00e1 a preparar a todos para competir y prosperar en la econom\u00eda del futuro, cualquiera que esta sea, y a hacer que el sistema mundial funcione para todos. El costo de no realizar esas inversiones ser\u00eda simplemente demasiado alto para la solidaridad humana y el progreso humano.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Este art\u00edculo fue escrito por el Sr. Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial (y fue publicado en la<\/p>\n","protected":false},"author":5,"featured_media":13236,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":"","_jetpack_memberships_contains_paid_content":false},"categories":[12],"tags":[3477,3478,488],"yoast_head":"\n