Por\u00a0Ernesto Martinchuk<\/b><\/p>\n

Febrero es una estaci\u00f3n de copiosas lluvias en el norte argentino. Lo que a\u00fan queda del ej\u00e9rcito realista, despu\u00e9s de una fatigosa marcha, se atrinchera en\u00a0Salta\u00a0<\/b>a la espera de refuerzos que debe enviarle el general en jefe del Alto Per\u00fa,\u00a0Jos\u00e9<\/b>\u00a0Manuel de Goyeneche<\/b>.<\/p>\n

Mientras tanto, el abogado porte\u00f1o,\u00a0Manuel Belgrano, convertido en general<\/b>, ha enviado emisarios al Per\u00fa\u00a0para extender la revoluci\u00f3n por un lado y mantenerse en contacto con el jefe realista<\/b>. A todo esto, el gobierno le env\u00eda como refuerzos a los regimientos de infanter\u00eda 1 y 2, y la orden de iniciar una ofensiva hasta las proximidades del r\u00edo\u00a0Desaguadero<\/b>, en el\u00a0Alto Per\u00fa\u00a0<\/b>(actual Bolivia), desalojando al general\u00a0P\u00edo Trist\u00e1n<\/b>\u00a0de Salta.\u00a0Belgrano<\/b>\u00a0logra reunir una fuerza de 3.000 hombres, pertrechados con armas, uniformes y dinero, con lo cual se dispone a reiniciar la campa\u00f1a. El 12 de enero, comienza su avance hacia el norte y a principios de febrero se une a la vanguardia a orillas del\u00a0r\u00edo Pasaje<\/b>, que ha sido se\u00f1alado como punto de concentraci\u00f3n del ej\u00e9rcito. Tres d\u00edas le llevar\u00e1 el paso del r\u00edo por las frecuentes lluvias de la estaci\u00f3n y las crecidas que dificultan el traslado de todo el material y los animales. Una vez en la ribera, el 13 de febrero, forma a su ej\u00e9rcito,\u00a0enarbola por tercera vez la bandera bicolor que ha creado y hace jurar a los cuadros militares obediencia a la Asamblea General Constituyente, reunida en Buenos Aires.<\/b>\u00a0Despu\u00e9s de tan emotiva ceremonia, manda a grabar sobre un tronco de \u00e1rbol que se llamar\u00e1 en lo sucesivo\u00a0\u201cR\u00edo Juramento\u201d.<\/b><\/p>\n

Al d\u00eda siguiente, rumbo a Salta, en\u00a0Cobos<\/b>, una patrulla sorprende a una partida realista. Algunos de los que pueden escapar informan lo sucedido a\u00a0Trist\u00e1n<\/b>, pero \u00e9ste considera que la estaci\u00f3n lluviosa no es propicia para abrir la campa\u00f1a, y desestima el hecho, consider\u00e1ndolo una escaramuza aislada.<\/p>\n

Los servicios del baqueano\u00a0Jos\u00e9 Apolinario Saravia<\/b>, \u201cChocolate<\/i>\u201d, sirvieron de gu\u00eda a\u00a0Belgrano<\/b>\u00a0por la quebrada de\u00a0Chachapoyas<\/b>. Dif\u00edcil, angosta y de noche, bajo una lluvia torrencial logra una magn\u00edfica posici\u00f3n el 18 de febrero. El general\u00a0Belgrano<\/b>\u00a0ya ten\u00eda distintos problemas de salud, sin embargo lleg\u00f3 a la\u00a0finca de Casta\u00f1ares<\/b>\u00a0abriendo caminos y dejando distintas ense\u00f1anzas, con una profunda humildad, a los habitantes del lugar.\u00a0Est\u00e1 a menos de tres leguas de Salta<\/b>, en condiciones de atacar al enemigo por la retaguardia. Con esa operaci\u00f3n cierra las comunicaciones a\u00a0Jujuy<\/b>\u00a0y le corta la retirada al ej\u00e9rcito espa\u00f1ol. Adem\u00e1s, para distraer al enemigo, hace que su vanguardia siga hacia el\u00a0<\/i>Portezuelo<\/b>. Cuando\u00a0Trist\u00e1n<\/b>\u00a0advierte que tiene el grueso del ej\u00e9rcito patriota a sus espaldas, traslada sus fuerzas hasta cubrir la ciudad, dando frente al norte, donde\u00a0Belgrano ha destacado su ej\u00e9rcito<\/b>.<\/p>\n

El 20 de febrero, a las once de la ma\u00f1ana, Belgrano comienza a mover sus tropas hacia la ciudad de Salta<\/b>, donde el enemigo tiene mayores posibilidades de triunfo. Con mayor cantidad de hombres, jefes veteranos y mejor armados, los realistas esperan.\u00a0Sin embargo, los efectivos patriotas logran quebrar la tenaz resistencia enemiga.\u00a0<\/b>Como \u00faltimo recurso\u00a0Trist\u00e1n intenta reunir sus fuerzas en el centro de la ciudad, donde prepar\u00f3 numerosas trincheras y empalizadas, pero todo es in\u00fatil.\u00a0<\/b>Por la tarde,\u00a0se ajustan los t\u00e9rminos de la capitulaci\u00f3n.<\/b><\/p>\n

La lucha fue encarnizada<\/b>, perdieron la vida casi 600 hombres y otros tantos fueron heridos.\u00a0Todos los muertos quedan sepultados en una fosa com\u00fan<\/b>\u00a0en el\u00a0campo de Casta\u00f1ares<\/b>, bajo una cruz de madera con una sencilla leyenda: \u201cAqu\u00ed yacen los vencedores y vencidos del 20 de febrero de 1813\u201d.<\/i><\/b><\/p>\n

Los vencidos dejan en el campo de batalla 481 muertos, 114 heridos, 2.776 rendidos, entre ellos 95 oficiales. Numerosas armas: 10 piezas de artiller\u00eda, 2.188 fusiles, 200 espadas, pistolas, carabinas y pertrechos. Las filas de Belgrano suman 113 muertos y casi 500 heridos.<\/p>\n

El enemigo entregar\u00e1 sus armas y pertrechos,\u00a0obligado por juramento<\/b>, desde el general en jefe hasta el \u00faltimo tambor, a no tomar las armas contra las\u00a0Provincias Unidas del R\u00edo de la Plata<\/b>, comprendiendo a\u00a0Charcas, Potos\u00ed, Cochabamba<\/b>\u00a0y\u00a0La Paz<\/b>. Goyeneche dejar\u00e1 en libertad a los patriotas prisioneros que tiene en su poder y Belgrano har\u00e1 lo mismo con los realistas y permitir\u00e1 a la guarnici\u00f3n de Jujuy retirarse sin armas.\u00a0Belgrano alienta la esperanza de inspirar en los vencidos el esp\u00edritu de la Revoluci\u00f3n, aunque muchos de ellos no respetaran su juramento<\/i><\/b>.<\/i><\/p>\n

Militarmente, el ej\u00e9rcito realista sufre un rudo golpe.<\/b>\u00a0Goyeneche<\/b>, desde\u00a0Potos\u00ed<\/b>, repliega su poderoso ej\u00e9rcito hacia\u00a0Oruro<\/b>.<\/p>\n

El 3 de marzo de 1813<\/b>, durante una tranquila tarde que se ve alterada por una salva de artiller\u00eda y el repique de campanas,\u00a0se anuncia a los vecinos de Buenos Aires<\/b>,\u00a0la victoria de Salta<\/b>.<\/p>\n

El gobierno no acepta con agrado la capitulaci\u00f3n hecha por\u00a0Trist\u00e1n<\/b>\u00a0y estima que\u00a0Belgrano<\/b>\u00a0deb\u00eda haber avanzado sin dilaci\u00f3n hasta\u00a0Potos\u00ed<\/b>, por lo que\u00a0Belgrano<\/b>\u00a0le escribe a Chiclana<\/b>:<\/p>\n

\u201cSiempre se divierten los que est\u00e1n lejos de las balas, y no ven la sangre de sus hermanos, ni oyen los clamores de los infelices heridos; tambi\u00e9n son esos los que m\u00e1s a prop\u00f3sito para criticar las determinaciones de los jefes: por fortuna dan conmigo que me r\u00edo de ellos, y hago lo que me dicta la raz\u00f3n, la justicia y la prudencia y no busco glorias, sino la uni\u00f3n de los americanos y la prosperidad de la patria\u201d.<\/i><\/p>\n

La Asamblea General Constituyente, decide premiar a los vencedores declar\u00e1ndolos \u201cBenem\u00e9ritos en Alto Grado<\/b>\u201d y entreg\u00e1ndoles un escudo de oro, plata y pa\u00f1o respectivamente. El mismo est\u00e1 orlado de palma y laurel, encerrando la inscripci\u00f3n: \u201cLa Patria a los vencedores de Salta<\/b>\u201d.\u00a0 Para el general\u00a0Belgrano<\/b>, un sable con guarnici\u00f3n de oro y en la hoja grabado: \u201cLa Asamblea Constituyente al Benem\u00e9rito General Belgrano<\/i><\/b>\u201d, adem\u00e1s \u201cla donaci\u00f3n en toda propiedad de la cantidad de cuarenta mil pesos se\u00f1alados en valor de fincas pertenecientes al Estado\u201d.<\/i><\/p>\n

Al tomar conocimiento de esta actitud el general\u00a0Belgrano<\/b>\u00a0escribe al gobierno el 31 de marzo, con el fin de\u00a0que<\/b>\u00a0la suma otorgada, se destine a la creaci\u00f3n de cuatro escuelas p\u00fablicas de primeras letras, en Tarija, Jujuy, Tucum\u00e1n y Santiago del Estero<\/b>,\u00a0la \u00faltima se inaugur\u00f3 191 a\u00f1os despu\u00e9s<\/i>\u2026\u00a0<\/b>\u00a0Si bien se siente honrado con aquella consideraci\u00f3n, hace una serie de reflexiones, guiado, como siempre, por su inter\u00e9s por el bien p\u00fablico:<\/p>\n

\u201c\u2026 nada hay m\u00e1s despreciable para el hombre de bien, para el verdadero patriota que merece la confianza de sus conciudadanos en el manejo de los negocios p\u00fablicos que el dinero o las riquezas, que \u00e9stas son un escollo de la virtud, y que adjudicadas en premio, no s\u00f3lo son capaces de excitar la avaricia de los dem\u00e1s, haciendo que por principal objeto de sus acciones subroguen<\/i>\u00a0bienestar particular al inter\u00e9s p\u00fablico, sino que tambi\u00e9n parecen dirigirse a lisonjear una pasi\u00f3n seguramente abominable en el agraciado\u2026\u201d<\/i><\/p>\n

El gobierno acepta el generoso ofrecimiento y Belgrano remite como lo ha prometido, el reglamento que debe regir a las cuatro escuelas y en uno de sus art\u00edculos enaltece la misi\u00f3n del maestro diciendo:<\/p>\n

\u201c\u2026 procurar\u00e1 con su conducta\u2026 inspirar a sus alumnos amor al orden, respeto a la religi\u00f3n, moderaci\u00f3n y dulzura en el trato, sentimientos de honor, amor a la virtud y a las ciencias, despego del inter\u00e9s, desprecio a todo lo que diga a profusi\u00f3n y lujo en el comer, vestir y dem\u00e1s necesidades de la vida, y un esp\u00edritu nacional, que les haga preferir el bien p\u00fablico al privado, y estimular en m\u00e1s la calidad de americano que la de extranjero\u201d.<\/i><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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