–          ¿Eres comunista?

–          No, soy antifascista.

–          Y desde cuando eres antifascista?

–          Desde que conozco a los fascistas.

La imaginación es esa facultad de traer a la realidad lo ausente y es lo primero que proscribe un gobierno fascista. El fascismo se asienta sobre un dogma de la verdad, algo único y cierto que excluye todo lo demás por ser erróneo, pernicioso y porque no decirlo, pecaminoso. Al que está en el error, es necesario encasillarlo en la verdad, aunque no quiera. Y toda discusión disgrega, atentando contra la unidad de la Nación.

Estos categóricos principios -basados en una concepción heroica y militante de la vida- se han mostrado fascinante en teoría, y frustrados en la práctica. Tal vez, porque, más allá de su brillo apasionado, sean una falacia. En realidad, la verdad no es un estado definitivo, sino un proceso en el que intervenimos todos, con nuestros errores y la crítica de nuestros errores.

Cuando Hitler, en nombre de la unidad nacional alemana, comenzó su obra de sistemática segregación de sectores no fascista, Alemania era, tal vez, el área más rica de la cultura mundial, más allá de contar con una industria entre las más desarrolladas del mundo, y un ejército famoso por la pericia de su Estado Mayor.

Recordemos que la cultura alemana producía, en aquellos años, la revolución del sicoanálisis, el positivismo lógico, la poesía expresionista, la escuela hermética, la pintura y el cine que reflejaban el expresionismo de lo visual, la filosofía de la existencia, la música dodecafónica, la escuela de dialéctica de Frankfurt, la filosofía de los valores, además de algunos escritores líderes intelectuales de Occidente.

Thomas Mann, Stefan George, Sigmund Freud, Karl Jaspers, Oswald Spengler, Stefan Zweig, casi todos acerbos críticos del comunismo, fueron obligados a irse del país. Fue así como Alemania, gracias a ese nacionalismo, perdió su primacía cultural. Gracias a las directivas de ese patriotismo hitleriano, -guiado por un ex cabo que creía saber más que sus sabios generales- perdió la guerra, fue dividida, ocupada y vio destrozada la infraestructura de sus ciudades…

>>>“Gobierno de científicos”

>>>La batalla cultural

Existen dos frases que exigen una atención particular: “La batalla por Occidente es cultural” y “se ganará o se perderá en el campo de las ideas”. Ambos conceptos son aplicables, aunque no de manera taxativa a la Argentina de hoy y de siempre. Conviene recordar que todas las batallas de un pueblo son culturales porque atañen a la formación de su identidad y no a su mera existencia gregaria, y que no sólo se ganan o se pierden en el campo de las ideas sino en un  territorio mucho más vasto: aquel donde se preservan y fortalecen las bases, las orientaciones que crearon la sociedad.

Podría decirse que la batalla cultural consiste en la construcción de un contrarrelato sobre temas que no son particularmente económicos, y si lo son, siempre tendrán un justificativo para tomasr las medidas que se tomaron. Entonces, los importante para la militancia, es ampliar el discurso fuera de lo económico, hacerlo accesible al ciudadano, para brindar a los jóvenes el conocimiento y la épica que los impulsan, -con una mística similar a una secta- a creer y defender, sin análisis y con total acatamiento, los desafíos que propone el líder.

>>>¿Qué pasa hoy?

Algunas veces esos imitadores tienen éxito por un período de tiempo, y trastornan todo el proceso del desarrollo de la sociedad argentina. Desde que el proyecto de los hombres del 80 quedó interrumpido en 1940, la Argentina no logró elaborar una continuación del crecimiento programado y realizado en esos 60 años. Podría decirse que los argentinos se dedicaron a disolver aquel proyecto constructor y civilizador.

La historia argentina –tantas veces vista como una riña económica, un enfrentamiento de intereses banderizos, una simultánea división de justos y pecadores- merece ser contemplada desde la amplia perspectiva de una contienda por afianzar la identidad nacional que trazaron los hombre de Mayo, y que el artículo 1° del Estatuto Provisional de 1815, resumía de este modo: “Los derechos de los habitantes del Estado son la vida, la honra, la libertad, la igualdad, la propiedad y la seguridad”.

Un símbolo de la extensa batalla cultural es la Constitución de 1853, cuyo luminoso preámbulo saña un nuevo triunfo de la identidad perseguida desde 1810 y cuya primera parte instrumenta los frutos de esa victoria, abriendo la Argentina hacia adentro y hacia afuera. Otro símbolo es la Ley Saénz Peña, que en 1912 perfeccionó el sistema de gobierno, al consolidar el voto y dar representación a las minorías.

La batalla cultural de la Argentina –en la cual deben participar los políticos, intelectuales, periodistas, sindicalistas, docentes y ciudadanos- debe centrarse en la implementación de una democracia moderna, plural y eficiente y no en su demolición o en su reemplazo por sistemas que la desnaturalicen hasta el punto de suprimirla.

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Hace muchos años que venimos pregonando el mismo discurso y muy de a poco, algunos van comprendiendo el mensaje… Pero el tiempo se acelera y ya no hay más «tiempo» para perder…

Pequeña reseña histórica
Desde el nacimiento de nuestro país (cuando todavía era el Virreynato de la Plata) soportamos «saqueo tras saqueo» y Argentina se «levanta» y anda un tiempo y volvemos a caer en discípulos de «Ali baba» y parece ser una constante que hace dudar de la «esencia» del mismo Argentino.

Primero fueron los Españoles con sus famosos «espejitos de colores» que se llevaban el oro hacia la tierra de la reina «madre» Patria.

Después, eran los barcos con sus contrabandos rumbo al país vecino de Uruguay. Por suerte vino la «Independencia» un día como hoy, pero de 1816…

Allí aparecieron hombres «probos» que intentaron construir un país, con ideas libertarias como nuestro prócer San Martín y con la consignas de ser «libres» y «hermanos» con nuestros vecinos latinoamericanos…

Un «sueño americano» que nunca se pudo lograr… Esa idea «utópica» de ser un «bloque» comercial fuerte, convertirse en «América del Cono Sur» de Centroamérica a Tierra del Fuego con una moneda propia, con intercambio, con turismo, con biotecnología compartida… Dónde se fue todo eso???

Parece un «sueño», pero tuvo mucho de realidad hace 70 años… Después en toda la región vinieron los «golpes de Estado», los militares «coparon la parada» (apoyados por civiles incapaces de «hacerse cargo» de la responsabilidad de gobernar, de disentir, de acordar y teniendo el apoyo fundamental de capitales como los EE.UU que veía con preocupación la «unidad territorial del Sur» y quizás dejar de ser, el «líder» de América) todo eso pasó, pero lamentablemente, quedaron secuelas que son hasta hoy muy difíciles de reconocer por un lado y de superar por el otro.

Llegó la «Democracia» a la región, pero con mucha debilidad porque ese «virus» que nos afecta hasta nuestros días, todavía persiste, esas «ideas» que nos metieron en la cabeza («Sálvese quien pueda» o ser el «Mesias» Salvador) con valores retorcidos como egoísmo, egocentrismo, ambición y sobretodo, sin escrúpulos a la hora de hacer algo, sin importar la consecuencia social que produce, por más que hay algunos que «resisten» esta realidad, hasta hoy no se ha podido torcer el destino del fracaso…

Fracaso o Resurrección
Hoy, en esta Argentina FRAGMENTADA y dividida, con latinoamérica en las mismas condiciones, parece demasiado imposible que se pudiera lograr esta unidad, sumado a las «asimetrías» económicas que tiene la región es una misión compleja pero es posible… Posible? Si, posible… «cómo» (preguntó un interesado en hacer una «revolución republicana») y ahí está el secreto…

El Destino de las sociedades las concretan los hombres y mujeres que las componen, desde las bases llegan los grandes y profundos cambios de los pueblos… Este «parate» que tuvo el mundo por el virus, a muchos nos ha hecho reflexionar que el «sentido de la vida» que llevábamos era un «sinsentido» y entonces, no podemos seguir por el mismo camino…

Necesitamos una «resurrección» de la Humanidad!! Dejar atrás la CODICIA y dedicarnos a brindar HUMANIDAD, SOLIDARIDAD y sobretodo, BONDAD a nuestros semejantes, cuando uno investiga etimológicamente «que significa ser bondadoso» descubre que es «una de las cualidades humanas que mejor reflejan la esencia humana, pues la persona bondadosa es buena, benigna y benévola, a veces se la relaciona con la amabilidad…» y falta eso en el MUNDO, falta la «tolerancia» por el otro (aunque tenga ideas contrarias a las nuestras) falta «abrir nuestras mentes» a ideas nuevas, a manejarse con los demás en forma diferente, a ser otro Ser Humano…

Recientemente leí un escrito de un amigo que hizo una profunda reflexión de lo que nos pasa y la comparto porque «tiene que ver» con esto que estamos analizando, no se puede CONCEBIR una «Argentina Fracturada» (algunos quieren hacerlo y los entiendo, porque no «aguantan mas las injusticias» que vivimos en estos últimos 70 años y quieren darle un «giro», quieren «independizarse» de la corrupción, de los cínicos, de lo que nos ha hecho «tambalear» como sociedad) pero todavía queda una «luz» de esperanza, que se ve reflejada en estas líneas…

«…se ha desatado un movimiento no silencioso, que por 1ra vez en mucho tiempo porta consignas no partidarias, ya que las mismas son la República, la libertad, el derecho, la defensa de la constitución, la separación de poderes, etc, en resumen defienden la CONSTITUCIÓN, si la madre de todas nuestras leyes, esta ola se debe convertir en un Tsunami que alcance a todos los rincones del país, esta claro que estas banderas del pueblo son nuestras banderas, debemos ser muy inteligentes para acompañar sin incomodar, no hacerse de estandartes que no necesitamos ya que el pueblo los levantó, nuestra inteligencia deberá dejar en el subconsciente del pueblo que sus valores son compartidos y tienen en nosotros un medio para que esas banderas sean izadas en el pabellón de la patria.

Nuestra épica, solo es y puede ser «República si Populismo no», la mayor ayuda que se le puede dar al pueblo es trabajo, estabilidad, una moneda que valga, que la inflación es una estafa y la corrupción no se admite.

Todo el pueblo, independientemente de sus ideas sean peronistas, socialistas, de izquierda, derecha , centro o lo que sea, lo que persiguen es el abrazo al Republicanismo y esto hay que leerlo muy bien, porque el movimiento del banderazo que defiende la Constitución y la República, viene desde abajo, desde el pueblo, es inorgánico, espontáneo, autoconvocado, nadie lo lleva de las narices, solo comparten la fuerte defensa de la patria de nuestros abuelos, aquella que existió hasta 1930 y quieren volver a ese gran país, no dejemos pasar la oportunidad de interpretarlos…», Comenta.

Ustedes creen que estas palabras es de uno de nuestros próceres, de nuestros caudillos, de aquellos que hicieron GRANDE a Argentina cuando todavía era un «páramo»? Nooo, es un cordobés, un Argentino, como vos, como yo, que quiere un país «en serio», que sea un país «contenedor» de su gente, de sus vecinos, de los hermanos latinoamericanos..

AHI ESTÁ EL SECRETO! en ese cambio de Paradigma, en cambiar la Historia para SIEMPRE, en dejar «huella», en comenzar a construir un país que continúen otros y que podamos por fin, alguna vez, decir «si pase por acá y dejé mi semilla para que otro disfrutara el placer de poder cortar esa fruta…»

Nuestros padres nos lo enseñaron, en el fondo de la que fue mi casa muchos años, ellos plantaron un gran árbol, esperaron muchos años para que pudiera dar sombra y cuando nacimos nosotros pudimos disfrutar de ella, compartir alegrías bajo ese Olmo que nos «abrigaba» con sus hojas y nos daba frescura, cuando el sol se ergia a pleno en horas del mediodía…

Volver a nuestros orígenes nos salvará, como pueblo, como Nación, volver a «creer» que es posible… Es volver a creer que la vida «no es ésta que vivimos», es otra y tenemos que hacerlo HOY, porque el tiempo es «oro» y nuestros hijos nos miran y piensan «este es el futuro para el que vine acá?» y tenemos que ser «claritos» y decir «no hijo, Mañana me pongo a trabajar en ello… y vas a ayudarme a construirlo…»

¡Saludos a todos!

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