El peronismo busca retener la gobernación en Tucumán

En una elección que será bisagra, Osvaldo Jaldo aspira a conseguir un triunfo amplio que lo catapulte como nuevo conductor del movimiento justicialista. Juntos por el Cambio promete dar pelea, pero la principal batalla la librara en la capital, donde la senadora Beatriz Ávila aspira a convertirse en intendenta. ¿Qué futuro le espera a Manzur?.  

Sin  Juan Manzur  en la fórmula, el Frente de Todos juega sus cartas para  que este domingo  Osvaldo Jaldo  retenga la gobernación de Tucumán, en medio de un clima electoral  enrarecido por la suspensión que sufrieron las elecciones provinciales  el 14 de mayo último, cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación  hizo lugar a la  medida cautelar presentada por el Partido de la Justicia Social, que lidera Germán Alfaro.

En Juntos por el Cambio aseguran  que los días ganados por el retraso de los comicios  fueron fundamentales para que el binomio que integran  Roberto Sánchez – Germán Alfaro  sume votos y miran con optimismo la contienda electoral, pero reconocen que será difícil vencer a la gigantesca estructura partidaria que maneja el Justicialismo en todo el territorio provincial:”Pero  no imposible” se ilusionan los más optimistas. Aunque esos anhelos  chocan con los datos que reflejan las encuestas que manejan en el oficialismo que aseguran que el Frente de Todos se impondrá  por más de 14 puntos.

La Madre de todas las batallas

Más allá  de lo que ocurra en la disputa  a nivel provincial, la principal batalla  entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio se dará en la capital tucumana, donde la actual diputada nacional, Rossana Chahla intentará  arrebatarle la intendencia a la senadora nacional, Beatriz Ávila, que quiere  suceder a su esposo Germán Alfaro, que en estos comicios va como candidato a vicegobernador en la fórmula de Juntos por el Cambio.

Al cierre de estas líneas nadie se anima a pronosticar un resultado certero. Las encuestas que manejan los principales operadores políticos coinciden en señalar que la elección va a estar bastante peleada: “Será un final  cabeza a cabeza y desde el peronismo vamos a pisar el acelerador a fondo para quedarnos con la capital tucumana, donde históricamente el electorado siempre nos fue esquivo”, señalan desde la sede del Frente de Todos.

Futuro incierto

El gran ausente en esta elección  es Juan Manzur, que después de 16 años ininterrumpidos  en el poder (primero como vice y después como gobernador) declinó   a su candidatura de vicegobernador, luego que la Corte decidiera suspender los comicios en Tucumán para analizar una medida cautelar presentada por la  oposición que cuestionaba  la  constitucionalidad de su postulación: “Juan realizó un renunciamiento histórico que sirvió para que los comicios no se siguieran postergado indefinidamente y gracias a ese gesto vamos a votar este domingo en Tucumán”, afirman en su entorno más cercano.

Sus detractores, en cambio,  señalan  que su dimisión escurrió como agua en el desierto sus sueños de integrar la fórmula presidencial del Justicialismo: “Ahora si Tucumán obtiene un triunfo abrumador será de Jaldo y no de Manzur”, sostiene un camporista de la primera hora, que siempre lo miro con desprecio por haber declarado en el 2015 que el ciclo del kirchnerismo estaba terminado.

Hoy más que nunca, el futuro del ex jefe de gabinete de la nación está atado a la soga que le pueda tirar su amigo Pablo Yedlin renunciando a la banca de senador nacional (le quedan 4 años de mandato) para que él, que figura como suplente en la lista  pueda asumir en su lugar.

Pese al panorama sombrío que se cierne sobre sus espaldas, Manzur articula su mejor sonrisa  y sostiene: “No me den por muerto. Soy un hombre de la política y estaré donde el movimiento me diga que debo estar”.