Pedro Noel Romero: perseverante protagonista del maratón de la vida

Pedro Noel Romero, bahiense, hincha de boca y periodista parlamentario. En esta semblanza repasamos su historia y nos deja un mensaje de aliento para sobreponernos a la tragedia que enluta a su ciudad natal.

–-¿Otra vez con el Fútbol para Todos?

El Jefe de Gabinete sonríe pero no puede disimular su fastidio.

El preguntón es Pedro Noel Romero, corresponsal del sitio ANDigital en la Casa Rosada y en el Congreso de la Nación, donde extiende una trayectoria periodística que inició en Radio Rivadavia, antes de completar su tesis en la Universidad Católica Argentina (UCA).

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Esas luces terminaron de repente con la oscuridad, la incertidumbre, el frío y el hambre…

Pedro Noel Romero tenía 7 años aquella noche de 1967 cuando unos policías lo encontraron junto a Sergio, su hermano de 5, acurrucado en un vagón abandonado de Ingeniero White.

“Papá había salido a buscar comida y se demoró. Así era nuestra vida. Habíamos llegado desde Neuquén en 1965 y estuvimos dos años deambulando. Dormíamos donde podíamos y comíamos salteado. Papá, que sufrió mucho cuando mamá se fue a Cipolletti, era alcohólico y solía derrumbarse en las calles. Con Sergio nunca lo abandonamos y esperábamos a que pudiera reponerse. Seguimos sin rumbo hasta que aparecieron aquellas luces que tanto nos asustaron”.

Pedro y Sergio quedaron en el Hogar del Niño y la vieja casona de Villa Rosas pasó a ser su casa con más de 200 hermanos.

“En ese lugar que marcó mi infancia tomé conciencia de lo que habíamos pasado. De repente, de buscar alimentos en un basural pasé a tener cuatro comidas, postre, cepillo de dientes, ropa, zapatos, cama, escuela, y tomé la Primera Comunión. Stella Maris Ramírez, Yolanda Callaba, Adela Lucero y Pedro Bécares fueron muy importantes para mí en aquellos días”.

–Nene, ¿Y vos qué querés ser?

–Periodista –-le respondió Pedro, con sus flamantes 9 años, a Néstor Angel Barbieri, una de las voces históricas de LU2, quien visitaba frecuentemente el Hogar del Niño.

 

Al cumplir 13 años Pedro pasó al Hogar del Adolescente. Horacio Russin, Néstor Junquera, Nepomucena Berta Arias, Martha Guerra y Mauricio Minor fueron sus pilares en ese instituto. Sergio volvió con su papá, quien había superado el alcoholismo aferrado a lo prometido durante una internación en el Hospital Neuropsiquiátrico.

Pedro comenzó el secundario en la Media Nº 3, y nunca lo hubiera terminado de no haber mediado el aliento de Ricardo Lejarraga, Tino, Dora y la profesora Mirtha Abraham. Ya participaba en las carreras pedestres como representante del Club Libertad cuando en 1974, gracias al impulso del profesor Aldo Ferrara, escribió su primer artículo inspirado en Carlos Reutemann, en esa época el piloto argentino que triunfaba en la Fórmula Uno.

Tras egresar del Hogar del Adolescente, vivió en pensiones y se ganó la vida como cadete de carnicería, ayudante de gasista, de mecánico de autos y de chapista. También fue empleado administrativo en la maderera Pipkin y en el estudio jurídico Chiavari-Florez.

Incorporado al Ejército, Pedro cumplió el Servicio Militar Obligatorio en Esquel y siguió con el atletismo. Entre 1979 y 1981 ganó dos veces el medio maratón de la Armada (21 kilómetros) y el maratón (42 kilómetros), donde registró 3 horas exactas.

“En 1985, fuera de peso y casi decidido a dejar de correr, en Punta Alta conocí al entrenador de Boca Alberto Góngora. Le pedí una última oportunidad y me aceptó. En pocos días estaba en su casa de Quilmes. Ese año quedé tercero en el Gran Maratón Adidas, entre 500 competidores, y me clasifiqué para la carrera de Río de Janeiro. Alojado en el Cedena, hoy Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, pasé a vivir del atletismo. Corrí muchas carreras cortas y tuve buenos resultados junto a un monstruo como Juan Pablo Juárez. Además, se pagaban premios hasta el quinto puesto, pero todo se acabó cuando me rompí una rodilla”.

–¿Y ahora qué vas a ser?

–Periodista –-le contestó Pedro a Carlos Heller, vicepresidente de Boca, club que lo becó en la UCA y le pagó un hotel.

“Nunca llegué a dar la tesis porque en 1989 entré a Radio Rivadavia, que había pedido alumnos de la UCA para cubrir los comicios que Menem le ganó a Angeloz. Así se me abrieron las puertas de la Oral Deportiva. Trabajé con José María Muñoz y con Ernesto Cherquis Bialo, hoy jefe de Prensa de la AFA. Entre 1995 y 1999 también estuve vinculado al bloque de diputados provinciales de la UCR. En 1998, pasé a la gerencia de Noticias, con Enrique Llamas de Madariaga, y fui corresponsal en La Plata hasta 2001, cuando ingresé a la Agencia Nova. Hace 5 años que estoy en ANDigital.

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–¿K o anti K?

–En el medio. Cada vez que pregunto o que me siento en la computadora escribo lo que creo.

–¿Qué concluye de la polarización del periodismo?

–Las divisiones existieron siempre, solo que ahora se notan.

–¿Cómo se organizan las conferencias de prensa con Capitanich?

–La vocera define cada día una lista de periodistas. Somos 20 y además de nuestras propias preguntas, consensuamos otras entre los colegas para que todos puedan participar con sus inquietudes. Para mí, lo importante es no quedar preso de la pelea entre el gobierno con “Clarín” y “La Nación”.

–-¿Ha sufrido presiones?

–Nunca. Debo reconocer que, por ejemplo, es la primera vez que se puede preguntar directamente sobre el Fútbol para Todos, que ahora depende del Jefe de Gabinete. Eso era imposible cuando dependía de la órbita privada.

–-¿En qué no ha podido cambiarlo la distancia con Bahía Blanca?

–En mi amor por el Club Libertad.

–¿Y qué cambió entre su ida y su vuelta?

–Bueno, me fui peronista e hincha de Racing… volví “raulalfonsinista” y boquense.

Hoy Pedro Romero deja un mensaje desde el corazón para la ciudad de Bahía Blanca

En Bahía Blanca murieron 13 personas en el marco de un festival de patinaje artístico en el Club Bahiense del Norte. FUI ATLETA DE ESTE CLUB POR DOS AÑOS. El Club que lo vio nacer a Emanuel MANU Ginóbili en Basketbol en la Capital del Basketbol por aquellos años del Mago Mandrake Alberto Pedro Cabrera. Base de Estudiantes y ¡lo que eran esos clásicos Estudiantes Olimpo. Manu que ganó todo en la NBA. Gané carreras corriendo por el Club de Manu. Yo no tenía un mango y unos amigos me acercaron a PRADERAS ARGENTINAS una empresa cerealera que unía las ciudades de Campana y Bahía Blanca. Me dieron trabajo y recursos para alimentarme y viajar a representar a Bahía en pruebas atléticas de Largo Fondo (21 y 42 kilómetros). Estas 13 almas están con Dios. Dios. Dios. A veces cuesta creer. Pero nunca hay que dejar de tener FE. Fui Catequista en Bahía Blanca. En esos tiempos de Bahiense del Norte. NUNCA VOY A PERDER LA FE.